sábado, 16 de agosto de 2025

Cuídala, valórala y respétala


Es muy triste, no, mi mamá. Mi mamá firmó mi acta de nacimiento con una sonrisa, pero lastimosamente yo firmé su acta de defunción con lágrimas en los ojos y temblando. Mi madre eligió mi primera ropita con mucha ilusión y alegría, y yo elegí su última ropa con un nudo en el alma y en el corazón.

Mi madre me vio dar mi primer suspiro de vida, y yo la vi a ella soltar su último suspiro en un silencio que me desgarró el alma. Mi bella madre me cargó cuando no podía sostenerme de pie, y yo la abracé cuando ya no se podía sostener ella sola.

Mi bella madre veló mis noches sin dormir, espantando cada una de mis pesadillas, y yo velé su última noche, rogándole a Dios que no se la llevara todavía. Ella me enseñó a caminar con paso firme, y yo la acompañé a partir con pasos llenos de lágrimas.

Mi madre me alimentó con sus manos amorosas, y yo la alimenté cuando ella no podía sostener ni una cuchara. Ella celebró cada uno de mis cumpleaños con alegría, pero ahora que ya no está, lloro cada día.

La vida, esa vida que parecía eterna con ella a mi lado, se repite al revés, y la verdad es que duele demasiado, como nadie se lo imagina. Por eso, si aún tienes a tu mamá a tu lado, cuídala, valórala y respétala. 🫂🙏
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